Porque en algún punto coincidimos...

martes, 10 de agosto de 2010

TRES POEMAS, UN MISMO DOLOR


Admiro tu valentía al trocar en palabras tu sentimiento de dolor, la sozobra y angustia que apuñaló tu corazón de madre...se que eres agradecida y reconoces que los milagros existen.

Gracias por hacerme receptora de tu intimidad y talento, Myrian.

VEINTE AÑOS

Con voz de niño sin tono de hombre,
apenas se pierde,
dibuja la sombra las líneas de un cuerpo
-acaso, el tuyo- ,
tus labios sonriendo
y miran tus ojos abiertos mis brazos;
pero, no te acercás,
apenas te veo asomado al árbol
detrás del reflejo;
y lloro
por esos secretos que no has conocido,
por tu cuerpo nuevo
por el amor mismo que cayó en la ruta
con tono de invierno y color de sangre,
con vidrio en el piso,
con rumor de fuego.

Mucho para un niño abrazado a un árbol,
que sin voz de hombre
cruzó un alambrado
con ojos de niño que llora en el campo.


LOS DÍAS DESPUÉS
Con voz de niño me despierta
el recuerdo ahogado
de tu olvido de las manos puño
que pelearon la desgracia.

Me despierto a gritos
de hierro hecho nudo
y sudan mis ojos
el rojo del vidrio
que rompió tu pecho
y el humo me ahoga,
me siento en la caja
sin aire, a tu lado
quiero despertarte
y el tiempo es distancia
cada vez más lejos

más frías las manos.

Y, AL FIN LA REDENCIÓN
Tan frente a la nada
despojado de todo
adentro de un vacío
sin ningún fundamento
ha quedado solo
entre nudos de hierro
y rotondas en el aire

Solo,
sin razón ni memoria
así, frente a la nada
lo acompaña un milagro.

Laura Ororbia

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