Porque en algún punto coincidimos...

miércoles, 31 de marzo de 2010

LA ORACIÓN DEL ÉXITO

SI PIENSAS QUE ESTAS VENCIDO LO ESTAS
SI PIENSAS QUE NO TE ATREVES, NO LO HARÁS
SI PIENSAS QUE TE GUSTARÍA GANAR

PERO QUE NO PUEDES NO LO LOGRARAS;
PORQUE EN EL MUNDO ENCONTRARAS QUE EL
ÉXITO COMIENZA CON LA VOLUNTAD DEL HOMBRE.
SI PIENSAS QUE PERDERÁS; YA HAS PERDIDO,
TODO ESTA EN EL ESTADO MENTAL
"PORQUE MUCHAS CARRERAS SE HAN PERDIDO

ANTES DE HABER CORRIDO
Y MUCHOS COBARDES HAN FRACASADO
ANTES DE HABER SU TRABAJO EMPEZADO."
PIENSA EN GRANDE Y TUS HECHOS CRECERÁN;
PIENSA EN PEQUEÑO Y QUEDARAS ATRÁS;
TIENES QUE PENSAR BIEN PARA ELEVARTE,
TODO ESTA EN EL ESTADO MENTAL.
SI PIENSAS QUE ESTAS ADELANTE LO ESTAS,
TIENES QUE PENSAR BIEN PARA ELEVARTE,
TIENES QUE ESTAR SEGURO DE TI MISMO,
ANTES DE INTENTAR GANAR UN PREMIO,
LA BATALLA DE LA VIDA NO SIEMPRE LA GANA
EL HOMBRE MAS FUERTE O EL MAS LIGERO,
PORQUE TARDE O TEMPRANO EL HOMBRE QUE GANA
ES AQUEL QUE CREE PODER HACERLO.

DR.Christian Barnard.

domingo, 28 de marzo de 2010

LOS HIJOS SON COMO LOS BUQUES

Al mirar un buque en el puerto, imaginamos que está en su lugar más seguro, protegido por un fuerte amarre.
Sin embargo, sabemos que está allí preparándose, abasteciéndose y alistándose para zarpar, cumpliendo con el destino para el cual fué creado, yendo al encuentro de sus propias aventuras y riesgos.
Dejando su estela y dependiendo de lo que la fuerza de la naturaleza le reserve, tendrá que desviar la ruta, trazar otros rumbos y buscar otros puertos.
Pero retornará fortalecido por el conocimiento adquirido, enriquecido por las diferentes culturas recorridas. Y habrá mucha gente esperando feliz en el puerto para celebrar sus millas navegadas.
Así son los HIJOS. Tienen a sus PADRES, como puerto seguro, hasta que se tornan independientes.
Por más seguridad, protección y manutención que puedan sentir junto a sus padres, los hijos nacieron para surcar los mares de la vida, correr sus propios riesgos y vivir sus propias aventuras.
Cierto es que llevarán consigo los ejemplos adquiridos, los conocimientos obtenidos en el colegio, pero lo más importante estará en el interior de cada uno, en el timón de su corazón: la capacidad de saber ser feliz
Sabemos que no existe felicidad inmediata, que no es algo que se guarda en un escondite para ser dada o transmitida a alguien.
El lugar más seguro para el buque es el puerto. Pero no fue construido para permanecer allí.
Los padres piensan que serán el puerto seguro de los hijos, pero no pueden olvidarse que deben de prepararlos para navegar mar adentro y encontrar su propio lugar, donde se sientan seguros, con la certeza que deberá ser, en otro tiempo, un puerto para otros seres (los nietos).
Nadie puede trazar la ruta de los hijos, Lo que sí podemos hacer es tomar conciencia y procurar que lleven en su equipaje valortes como:
HUMILDAD, SOLIDARIDAD, HONESTIDAD, DISCIPLINA, GRATITUD Y GENEROSIDAD
Los hijos nacen de los padres, pero deben convertirse en ciudadanos del mundo.
Los padres pueden querer que haya siempre una sonrisa en los hijos, pero no pueden sonreír por ellos.
Pueden desear su felicidad, pero no pueden ser felices por ellos.
LA FELICIDAD CONSISTE EN TENER UN IDEAL PARA BUSCAR, Y LA CERTEZA DE ESTAR NAVEGANDO EN MARES ABIERTOS CON RUMBO Y MARCACION HACIA ESE LOGRO.
Los padres no deben seguir la travesía de los hijos y los hijos nunca deben descansar en los logros que los padres alcanzaron.
Los hijos deben hacerse a la mar desde el puerto donde sus padres llegaron y como los buques, partir en busca de sus propias conquistas y aventuras.
Para ello, requieren ser preparados para navegar en la vida, con la certeza de que

“QUIEN AMA EDUCA”.

¡Cuán difícil es soltar las amarras y dejar zarpar al buque!…

Sin embargo, el regalo de amor más grande que puede dar un padre es la autonomía.

!!!Buen viento y buena mar hijos!!!

sábado, 27 de marzo de 2010

EL HOMBRE Y LA MUJER

El hombre es la más elevada de las criaturas;
la mujer es el más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono, para la mujer un altar.
El trono exalta, el altar santifica.
El hombre es el cerebro, la mujer el corazón,
El cerebro fabrica la luz, el corazón produce el amor.
La luz fecunda, el amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón,
la mujer invencible por las lágrimas.
La razón convence, las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos;
la mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece, el martirio sublima.
El hombre tiene la supremacía,
La mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza,
la preferencia representa el derecho.
El hombre es un genio, la mujer es un ángel.
El genio es inconmensurable, el ángel indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema gloria,
la aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande, la virtud hace todo lo divino.
El hombre es un código, la mujer un evangelio.
El código corrige, el evangelio perfecciona.
El hombre piensa, la mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva,
soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano, la mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna,
el lago la poesía que deslumbra.
El hombre es el águila que vuela,
la mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio, cantar es conquistar el alma.
El hombre es un templo, la mujer es el sagrario.
Ante el templo nos descubrimos,
ante el sagrario nos arrodillamos.
En fin:
El hombre está colocado donde termina la tierra;
la mujer donde comienza el cielo.

V.Hugo

viernes, 26 de marzo de 2010

PIU AVANTI

No te des por vencido, ni aún vencido,
no te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido,
que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;
no la cobarde intrepidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios, que nunca llora,
o como Lucifer, que nunca reza,
o como el robledal cuya grandeza
necesita del agua y no la implora .....
¡ Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo tu cabeza!

Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)

LA CASA DE LOS MIL ESPEJOS

Hace tiempo, en un lejano pueblo, había una casa abandonada.

Cierto día, un cachorro, buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero en el portón de la residencia. Subió lentamente las viejas escaleras de madera hasta que se topó con una puerta semi-abierta: y entró en el cuarto, cautelosamente.

Con gran sorpresa, se dio cuenta que dentro de esa habitación había mil perritos más observándolo tan fijamente como él a ellos, y vio asombrado que todos los cachorros comenzaron a mover la cola, exactamente en el momento en que él manifestó alegría.

Luego ladró festivamente a uno de ellos y el conjunto de canes le respondió de manera orquestada, idéntica. Todos sonreían y jugaban como él.

Cuando se retiró del cuarto se quedó pensando en lo agradable que le había resultado conocer el lugar y se dijo: " Volveré más seguido por aquí."

Pasado un tiempo, otro perro callejero ingresó al mismo ambiente. A diferencia del primer visitante al ver a todos los perritos del cuarto, se sintió amenazado, ya que lo miraban de manera agresiva, con desconfianza.

Empezó a gruñir; y vio, enojado, como los otros mil perritos hacían lo mismo que él.

Comenzó a ladrarles y los otros también hicieron lo mismo ruidosamente.

Cuando salió del cuarto pensó: "Que lugar tan horrible es este. Nunca regresaré."

Ninguno de los perros exploradores alcanzaron a reparar en el letrero instalado en el frente de la misteriosa mansión": "La casa de los mil espejos."

Los rostros que observamos del mundo son espejos. Tu mirada es todo lo que consigues obtener de la realidad. Cada percepción demuestra las posibilidades de proyección y de captación que nos permitimos.

Las cosas más bellas de la vida no se ven, se captan con el corazón.

Si las puertas de la percepción estuviesen totalmente abiertas descubriríamos que navegamos en el infinito. Como están semi-cerradas, la vida, al igual que el eco, o el espejo, nos devuelve lo que hacemos. La visita por la casa terráquea es muy fugaz.

Consigue un espejo, sonríele al personaje que aparece y no te enojes no te asustes si te contesta con una divina carcajada.


Enrique Mariscal, "Cuentos para regalar (a dioses)"


APRENDÍ Y DECIDÍ

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar.
Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas.
Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución.
Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis.

Decidí ver cada noche como un misterio a resolver.
Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos.
Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar.
Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera.
Ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo".
Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida".
Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.
Aquel día decidí cambiar tantas cosas.
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar.
Ahora simplemente duermo para soñar.


Walt Disney

jueves, 25 de marzo de 2010

MUJER - Navecita

Encanto sutil que perfuma un cielo gris lleno de sombras
Descubridor a de fuerzas que surcan océanos y mares de amores
Protagonist a que precede la magia del brillo en noches abandonadas por la luna
Acompañante de batallas que desnudan la naturaleza que vive dentro de ti
Instrumento de insinuacion es para una eternidad pintada de plata y bronce
Resplandor de voces, que calladas besan con ternura el alma
Refugio de caricias que vuelan por las rutas del olvido
Pedazo de cielo que cae en tus manos, tan frágil como el cristal que envuelve su corazón
Poseedora de miradas que esclavizan vastos territorios arrullados por el silencio
Eres aquella que a pesar de estar atrapada en una telaraña, sigues siendo mujer
Eres la que enamora los sueños y apacigua las pesadillas
Eres la que cautiva una multitud con el enigma de una flor que resplandece en otoño
Eres la que bebe del veneno mortal y continúa en pie cual río que fluye hacia su mar
Tienes la sonrisa que guía al débil a desplazarse por un campo de espinos
Tienes la historia de un cuento que aún no ha sido escrito en las páginas de tu propia vida
Tienes en tus manos la fórmula que usa el sol para salir todos los días
Tienes la fortaleza del águila que lucha por lograr emprender su vuelo
Tienes la sabiduría de la lluvia que pinta de cristal el asfalto de una avenida
Tienes la certeza de que el mundo no se ha acabado y el poder para cambiarlo
Eres Madre, eres Hija
Eres Risa, eres Llanto
Eres Tú, soy Yo
Eres sutil, encantadora, silenciosa, fuerte y fervientemente
Mujer

LA MANTA DEL CAMIONERO - Adrián Maggi

POEMA 2

El camino sinuoso guiaba al mendigo
árboles en flor perfumaban el aire
meditabundo vagaba sin rumbo fijo
el horizonte lo esperaba sin premura.

Tal vez su sino estaría marcado?
las aves al verlo pasar le regalaban melodías,
sus cantos eran caricias para el alma
él inmutable, seguía sin percibir los sones
tampoco los aromas...

Atrás quedaba el aciago pasado
decidido caminaba en busca de un presente
tal vez mejor? qué fuerza guiaba sus pasos?,
su mente, en qué oscuro rincón dormía?

Cabizbajo sigue los pasos de su destino
sabe agridulce y se deja llevar,
mañana amanecerá tal vez en el lugar elegido
o quizás inmóvil, abandonado en los brazos
de quien nos espera en la seguridad
que seremos suyos por siempre.

Myrian

POEMA 1

Espera el paso del tiempo,
sabía él que no ocultaba
más allá de su emoción
que la vida sabe de aciertos.
Sentado junto a la ventana
el saludo de las horas
ponían en su cara gestos presurosos
que con la furia de un huracán
daban un aire incierto al mañana
Por qué ésta vorágine
no deja que mi alma explaye y vuele
con la libertad que siente mi interior?
Tal vez, la visión,
de un mañana no tan cierto,
amarra el sentimiento más profundo
horas, tiempo, vida, te vas?

Myrian

martes, 23 de marzo de 2010

DESECHANDO LO DESECHABLE

Seguro que el destino se ha confabulado para complicarme la vida.No consigo acomodar el cuerpo a los nuevos tiempos. O por decirlo mejor: no consigo acomodar el cuerpo al "use y tire" ni al
"compre y compre" ni al "desechable". Ya sé, tendría que ir a terapia o pedirle a algún siquiatra que me medicara.
Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.
No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.
Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales.
¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó tirar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores.
¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.
¡Guardo los vasos desechables!
¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez!
¡Apilo como un viejo ridículo las bandejitas de espuma plástica de los pollos!
¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos!
¡Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida!
¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después!
La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta palanganas de loza.
Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces.
¡¡Nos están fastidiando! ! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.
¿Dónde están los zapateros arreglando las media-suelas de las Nike?
¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando sommiers casa por casa?
¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?
¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?
Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más basura.
El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.
El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!!
¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de... años!
Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)
No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en la Fiesta de San Juan.
Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De 'por ahí' vengo yo. Y no es que haya sido mejor. Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y tire que ya se viene el modelo nuevo'.
Mi cabeza no resiste tanto.
Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.
Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.
Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?
¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?
En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las chapitas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!
¡¡¡Las cosas que usábamos!!!: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus. Y las cosas que nunca usaríamos. Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón. Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Tubitos de plástico sin la tinta, tubitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón. Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor.
Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned-beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.
Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!!
Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los cuentagotas de los remedios por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos. Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posa-mates y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué intención, y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'.
Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.
Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!!
Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡minga que la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.
Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.
Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour.
Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva.
Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado.

Marciano Duran

MADUREZ

Madurez es la habilidad de controlar la ira y resolver las discrepancias sin violencia o destrucción.

Madurez es paciencia. Es la voluntad de posponer el abrazo inmediato en favor de un beneficio de largo plazo.

Madurez es perseverancia, es la habilidad de sacar adelante un proyecto o una situación a pesar de fuerte oposición y retrocesos decepcionantes.

Madurez es la capacidad de encarar disgustos y frustraciones, incomodidades y derrotas, sin queja ni abatimiento.

Madurez es humildad. Es ser suficientemente grande para decir "me equivoque". Y cuando se esta en lo correcto la persona madura no necesita experimentar la satisfacción de decir "Te lo dije".

Madurez es la capacidad de tomar una decisión y sostenerla. Los inmaduros pasan sus vidas explorando posibilidades para al fin no hacer nada.

Madurez significa confiabilidad, mantener la propia palabra, superar la crisis. Los inmaduros son maestros de la excusa. Son los confusos y desorganizados. Sus idas son una confusión de promesas rotas, amigos perdidos, negocios sin terminar y buenas intenciones que nunca se convierten en realidad.

Madurez es el arte de vivir en paz con lo que no se puede cambiar.

A ELLOS......

Se me han ido muriendo los amigos

se me han ido cayendo del abrazo
me he quedado sin ellos en el día
pero vuelven en uno que otro sueño


es una nueva forma de estar solo
de preguntar sin nadie que responda
queda el recurso de tomar un trago
sin apelar al brindis de los pobres

iré archivando cuerdos y recuerdos

si es posible en desorden alfabético
en aquel rostro evocaré tu temple
es ese otro el ancla de unos ojos

sobrevive el amor y por fortuna
a esa tentación no se la llevan
yo por las dudas toco la mismísima
madera/esa que dicen que nos salva

pero se van figurando los amigos
los buenos, los no tanto, los cabales
me he quedado con las manos vacías
esperando que alguien me convoque

sin embargo todos y cada uno
me han dejado un legado un regalito
un consuelo, un sermón, una chacota,
un reproche en capítulos, un premio

si pudiera saber dónde ríen,
donde lloran o cantan o hacen niebla
les haría llegar mis añoranzas
y una fuente con uvas y estos versos

Mario Benedetti


lunes, 22 de marzo de 2010

LOS DÍAS EN BLANCO Y NEGRO


Por qué repetimos siempre lo que nos hace mal?

¿Será que somos masoquistas?

¿Será que uno repite porque hay algo que se necesita aprender ?

Primero hay que aceptar las cosas que no se pueden cambiar

Y después las cosas que si se pueden cambiar, cambiarlas, pero con paciencia.

No hay que ser tan exigente con uno mismo.

A veces deseas repetir eso aunque sabes que es un error.

Es como cuándo estás con una persona que no te hace bién y sigues con ella.

¿Porque sigues?, ¿Porque crees que puedes cambiar a esa persona?.

Yo creo que uno repite esas cosas que lo marcaron de chico.

Te desgañitas contra la nada. Luchas por tu lugar en el mundo.

Sales al mundo creyendo que podrás con todo.

Y te despiertas una mañana, y la impotencia se apodera de tí.

Lo intentas, pero la vida es a veces un misterio sin clave ni pistas.

Tu cuerpo no responde, tu mente se bloquea, tus manos tiemblan.

Querer y no poder,necesitar y no poder, pensar y pensar...y no poder.

Cuando el cuerpo no acompaña nuestros pasos, de nada sirve luchar.

En ocasiones la vida no tiene color, hay que gritar, y decirle al mundo como es.

Mi mundo se ha desteñido.

Poco a poco he caído en el dolor y en el olvido.

He aprendido a luchar contra el mañana.

Me cuesta mucho pero lo intento cada día.

Sin embargo tengo mucha esperanza.

Blanco y negro es mi cuerpo, Blanco y negro es mi tormento.

Días en blanco y negro para escribir otra vez mi historia