Yo, piedra de miedo atada a los pies.
penumbra de la cara contra el piso
cada tarde de sol.
Miedo de mí llevándome adentro.
Miedo penumbra
miedo que busca fantasmas
y sábanas que esconden
al miedo, pues teme saber
que en ellas habita
un pichón herido.
Miedo de acercarse y de estar lejos,
miedo de mí,
susto de más nadie.
Miedo de miedo,
temblor de la cara contra el piso.
Terror que golpea, que araña,
que usa las manos como piedra,
que se aferra, que ahoga,
que no abraza.
Terror de incomprender
y terminar guardada en una caja,
creyendo mi cuerpo
que todo está bien.
Laura Ororbia
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