CÓRDOBA MÍA

I

Porque te llevo en el alma,
querida Córdoba mía,
como se lleva la vida
milagrosa y palpitante;
porque de solo nombrarte
me está creciendo el orgullo,
quiero, subido al mangrullo
de tus suaves serranías,
¡sentirte mucho más mía,…
sentirme mucho más tuyo!

II
Porque en el dulce murmullo
de tus antiguas cascadas,
se resbala en el agua
como eterna letanía,
la misteriosa poesía
que tu belleza recrea;
deja que el alma te lea,
como copiando la vida,
¡para que vayan unidas,
la palabra con la idea!

III
Vos sos el estro que crea ,
yo solo el vate que canta;
y el tono de mi garganta
suena al ritmo de tus valses;
que llegan en los compases
de tu antigua aristocracia;
vos sos la fuente en que sacia
mi corazón sus ardores,
¡Córdoba de los doctores,
mi cuna, mi sol,…mi casa!

IV
Vos, que fuiste la esperanza
de aquellos conquistadores,
que vieron los esplendores
de tu ondulante belleza,
como un premio que la tierra
le daba a su Andalucía,
y a la vera del Suquia
nacías para la gloria,…
con cuatro siglos de historia,
¡hoy sos la CÓRDOBA MÍA!

V
A vos, que al cielo te unían
las torres y las campanas;
y esa cultura cristiana
de los expedicionarios,
a vos, que tus campanarios,
como rezando poesía,
cantaban su letanía
de penas o regocijo,
simplemente, hoy como un hijo
¡te digo CÓRDOBA MÍA!

VI
Qué romántica hidalguía
presenta tu arquitectura,
cuantos siglos de cultura
que encierran tus facultades;
pero acaso la edades
te van a cambiar un día,
por inmensas avenidas
y otra moderna presencia,
pero vos siempre, en esencia,…
¡serás la CÓRDOBA MÍA!

VII
La Córdoba de Tejeda,
la Córdoba de Lugones,
la de valses y balcones,
de músicos y poetas;
aquella Córdoba inquieta
de bohemios y de sabios,
esa que puso en mis labios
con la palabra, el acento,
esa Córdoba que siento,…
¡ESA ES LA CÓRDOBA MÍA!

Miguel Ardiles