La muerte la pintamos
rodeada de umbrías,
sin soles,
sin colores,
sin narcisos que se abran a ti.
La muerte la entonamos
rodeada de silencios,
sin clarines,
sin laudes,
sin baladas que te canten a ti.
La muerte la narramos
rodeada de misterios,
sin poemas,
sin rimas,
sin sonetos que te hablen a ti.
La muerte la soñamos
rodeada de recuerdos,
sin jazmines,
sin violetas,
sin amores que te besen a ti.
La muerte la probamos
rodeada de ruinas,
sin abrazos,
sin amigos,
sin hermanos que te sigan a ti.
Jorge Botella
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