POEMA 38
Ah,
el aplomar asustado
de tu risa
y en tus ojos
la luz
de todos los horizontes
que he mirado.
POEMA 39
Pasan los días
como una caballada conocida,
una tropilla que yo mismo herré,
y el corazón, se ilumina
como el claro de un bosque.
Ah, graciosa espuma
rota entre la quilla.
Yo regreso a mi niñez desde tus ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario