Porque en algún punto coincidimos...

martes, 12 de octubre de 2010

A LOS AMIGOS VIRTUALES

En cierta ocasión leí que recibir mensajes vía e-mail era bueno para mejorar nuestro estado de ánimo.
No sé sí esto tiene algún fundamento científico. Sé interpretar mis sentimientos y no tengo ninguna duda que esto es una realidad.
En los últimos años he tenido el privilegio de conocer personas fantásticas que entran en mi vida en los momentos más inesperados, trayendo mensajes de optimismo, de calidad, de vida, de humor, de reflexión.
Casi todos los días recibo e-mail de personas de buena voluntad, personas que se han tornado importantes en mi vida, a veces estas personas están a miles de kilómetros. Estoy impresionado de conocer personas con disposición y disponibilidad para ser generosas, afectivas, enviándome mensajes que me reconfortan, ayudan e incentivan.
A los que no les gusta la computadora, es porque no descubrieron las posibilidades que les puede proporcionar. Seguramente me dirán que no se puede sustituir por un abrazo. Es cierto. Pero les puedo decir que en los últimos años yo me he sentido abrazado constantemente.
A las personas que me envían poemas, música, humor, fotos... los llaman ¿amigos virtuales? Entonces tengo que decirles que estas personas de virtuales no tienen nada. Pues ponen en forma de mensaje y de manera palpable su afecto.
¿ Dónde podrías imaginar una cosa así? En todo este tiempo, algunas personas sólo me han enviado algún mensaje ocasionalmente. Otras, se mantienen constantes y no sólo forman parte de mi agenda de direcciones de mi correo electrónico. Confieso que ocupan también un lugar preferente en mi corazón.
Estoy pendiente de los mensajes como un adolescente esperando a mis amigos y para algunas cosas, no deberíamos crecer nunca.
Logicamente, como todo en la vida, hay que saber hacer uso de esta otra forma de relacionarnos. No debemos renunciar al contacto físico, pero a veces la falta de tiempo y la distancia hacen de este medio, una forma eficaz de mantener el contacto con la gente que verdaderamente nos importa.
Lo inesperado de ser sorprendidos con un mensaje cariñoso que viene cargado de afecto, causa una verdadera corriente positiva, la cual puede, en muchos momentos, ser terapéutica.
En un momento determinado, el mensaje parece estar hecho a propósito para un mal momento por el que estemos pasando. Pero, puedes tener la certeza, que cuando menos lo esperes te llegará esa imagen, esa música o esas palabras que te harán sentir mejor.
Muchas veces uno espera recibir algún mensaje amigo y de repente, está el mensaje que tanto esperaba. También podrás decir que recibimos mucha basura. Pero, ¿esto también acaso no pasa en la vida real? El truco está en filtrar y quedarse sólo con lo positivo.
Nuestra tarea es hacer una selección de lo que es bueno. De lo que nos puede hacer crecer como personas, de lo que nos puede hacer pensar, reflexionar, sentir, estar vivos, amar, saber que estamos de paso, que no cuesta nada hacer feliz al prójimo y a nosotros mismos.
Estas personas pasarán a tener un espacio garantizado en mi vida. Algunas veces resultará difícil responder a todos en el tiempo que uno quiere. Pero, estoy convencido que merece la pena dedicar parte de nuestro tiempo para repartir cariño, sólo con los simples comandos de “Enviar” o “Reenviar”.

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