Quiero aventurarme a tus caricias,
a todos los sí del inconsciente,
someter hasta mi aliento
burilar mis venas
de silencios,
para cuajar desde la nada
los temblores
y acallar del ayer los sinsabores.
Quiero cabalgar en tus praderas
de deseos,
saber que el corazón me trota
como bagual desbocado
sin fronteras,
soslayar que se eriza mi piel
entre tus besos
como enjambre que ha perdido
su colmena.
Quiero transitar contigo
la ruta de quejidos que aletargan
esa hora del escondido
cúmulo,
desechar en gemidos la tristeza amarga
y en la avalancha virtual
que nos delata
sentir que los dos somos
solamente uno.
Norma Ana Pécora
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