Porque en algún punto coincidimos...

miércoles, 27 de julio de 2011

SER VENCEDOR

Éxito, reconocimiento, fama, gloria. Nosotros luchamos por motivos así. Mas no se construye un buen hombre de la noche a la mañana. Es preciso trabajar mucho, e incluso, si hay tropiezos y caídas. Es preciso superar los obstáculos. Es preciso tener motivación, perseverar e insistir. La vida es una sucesión de batallas.
Trabajo, familias, amigos, todos tenemos un estatus actual: "lo que hacemos en esta vida…hace eco en la eternidad" y tengamos también expectativas para el futuro: "imaginen como será…y así sucederá".
Sin embargo, los cambios del destino nos sorprenden. No siempre podemos hacer lo que nos gusta, pero aquel que hace lo que le gusta se siente orgulloso de hacerlo mejor, haciendo más progresos cada día.
Hay momentos de calma y hay momentos agitados, decisivos, en los que las buenas intenciones no bastan. Es cuando la vida nos demanda coraje, valentía, creatividad y un inquebrantable espíritu de lucha.
La verdad es que los problemas y los reveses ocurren con mayor frecuencia de la que quisiéramos. Los tiempos cambian, surgen nuevos desafíos, nuevos objetivos, los guerreros miran de frente al futuro, sin miedo ni arrogancia, más con la confianza de quien esta listo para el combate y debe también prepararse para situaciones difíciles.
El modo en que enfoquemos las dificultades es lo que hace la diferencia. A veces nos preguntamos: ¿Cómo enfrentar los cambios radicales que se presentan frente a nosotros, cómo actuar en un nuevo escenario donde cosas que pensábamos que las hacíamos bien, necesitan ser reaprendidas? "Fuerza y honor…" ¿Cómo luchar sin dejar detrás valores fundamentales? Y más ¿Cómo saber exactamente que debemos hacer en el momento propicio?
Lo increíble es que, precisamente, durante las situaciones adversas, muchos redescubren lo mejor de ellos mismos: ética, amistad, la capacidad para crear nuevas estrategias basadas en la experiencia, el talento para promover alianzas positivas, espíritu de liderazgo, la conciencia de que la fuerza reside verdaderamente en el trabajo en equipo. Todo esto aflora cuando las circunstancias lo exigen, cuando se sabe que existe un objetivo mayor a ser alcanzado.
Claro que no es fácil abandonar hábitos, costumbres, no es fácil adaptarse a nuevos métodos o emplear recursos con los que no estamos familiarizados. Mas todo guerrero sabe que pesimismo e inseguridad no nos dejan avanzar. Incluso a veces la amenaza viene de varios lados. Con agilidad, fuerza y determinación podemos alcanzar nuestros objetivos. La combinación de energía e inteligencia hacen el equilibrio entre razón y emoción, son fundamentales para el éxito.
Es una sensación extremadamente agradable llegar al fin de una etapa con la conciencia de haber cumplido y recibir la consagración y el respeto de todos. El reconocimiento de nuestros colegas, la admiración de las personas que amamos, escuchar nuestro nombre con orgullo, aquél orgullo que vio en los obstáculos la oportunidad de crecer.
El orgullo de quien supo enfrentar las turbulencias de la vida y vencer. El orgullo de ser un vencedor que no abandonó sus valores fundamentales.

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