A veces la ilusión
da pasos engañosos,
nos obnubila con cuestiones
que son inmunes a otras razones
y así disfraza la verdad.
Nos vende fantasías,
baratijas en la feria de la vida,
e ignoramos el alto precio
que luego, debemos pagar.
En ocasiones
se aprovecha de nuestros deseos,
vulnera la resistencia que le ofrecemos
y ya con la guardia baja, nos noquea,
perdemos así el rumbo y la dignidad.
A veces la ilusión
no es otra que una enfermiza obsesión,
tan cruel y avasallante
tan feroz y vulgar.
En el peor de los casos,
la ilusión nos ciega
y no vemos lo que realmente importa
o dejamos que se aleje para siempre,
como un tren que a nuestro lado pasa
sin retornar.
Fabián Pupilli
(De la vida y del amor)
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