No marchites mi ilusión,
vengo llegando a tu sol, dede muy lejos.
Toma mi mano sin dudar,
cabalgando está tu amor, en mi pecho.
A su paso el tiempo envejece y el ayer,
hostiga con recuerdos,
felicidad fingida
que en el alma talla heridas,
mientras deslucimos de un modo cruel,
esta sublime chance de querernos.
Fabián Pupili
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