No te des por vencido, ni aún vencido,
no te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido,
que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;
no la cobarde intrepidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios, que nunca llora,
o como Lucifer, que nunca reza,
o como el robledal cuya grandeza
necesita del agua y no la implora .....
¡ Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo tu cabeza!
Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)
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