POEMA 8
La boca llena de insultos.
Vigorosa la pedrada.
No importaban
la roseta ni el espino.
Era el tiempo
en que nada podía acabarse.

Y de repente
tomó el grito
noción de la carne
y supimos del alma
entre fechas de ceniza.
POEMA 9
Oh, tierra de sepultura
y pan arrebatado.
Yo también
tiemblo
bajo el incierto rayo.
Y me oculto
en un oscuro sollozo.
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